3.4.2008. En aragonliberal.es
José María Moncasi de Alvear
El trasvase es una palabra maldita en Aragón. Sí se está a favor estás proscrito. Al menos vivimos en el siglo XXI y no en aquellos tiempos de la inquisición o feudales, dónde estar en contra del sistema podía llevarte a la hoguera.
Antes muerto que sencillo. Lo decía el estribillo de María Luisa. Además, a poco que uno sea inteligente se dará cuenta que la Expo del agua se celebra en Zaragoza. Una ciudad que geográficamente se encuentra bien situada. No sitiada. Como algunos catastrofistas o políticos (secundarios en esta función) nos lo quieren vender. Si de lo que nos deberíamos quejar no es la escasez del agua, luego le explicaré, sino el mal gobierno de este recurso. Por citarle un ejemplo. El 80 % ó 90% del agua subterránea se utiliza para actividades agrícolas, que en su mayoría son regadíos de ínfimo valor económico. En España, me decía el otro día un experto en esto de la hidrología, los ríos llevan más de cien kilómetros cúbicos de agua al año, de los que treinta kilómetros cúbicos son de aguas subterráneas. El uso de esta agua, sí contamos el regadío, la industria y la urbe, es de unos treinta kilómetros cúbicos. Me lo explicó mi amigo. Cuando hay época de sequía, las aguas subterráneas no se enteran. También que ninguna de nuestras ciudades hace uso de esta agua superficial para asegurar su abastecimiento. Entonces ¿Cuál es la mejor solución¿ ¿Qué se puede hacer? En primer lugar, el escenario más adecuado es que los datos sobre el uso y coste del agua sean de dominio público. Me refiero a que se diseñen unos mecanismos de transparencia para que sepa toda la verdad, nada más que la verdad. Las subvenciones. Another problem. Deberían de dejar de existir. El beneficiario del agua debería de pagar su coste integro. Así se hace empresa y así se es solidario con el resto de los ciudadanos o territorios. Ahora que se habla tanto de territorios. Y, por último, en relación con esas aguas subterráneas que mencionaba anteriormente, algún estamento debería de poner orden a ese caos existente. Aquí lanzo una pregunta al aire. ¿Es operante o inoperante la ley de aguas de 1985? Si no tiene sentido alguno ¿Se debería de modificar¿ ¿Quién debe de legislar? Estos días si uno lee la prensa catalana y aragonesa, léanla – se lo recomiendo vivamente, se darán cuenta que el asunto de los trasvases se encuentra en medio del debate político. Resulta que la Generalitat está dispuesta a empezar las obras del trasvase del Segre. Motivo. Los embalses de las cuencas internas de Cataluña están en estado de emergencia, al 19'6% de su capacidad. Son datos del Ministerio de Medio Ambiente. El gobierno de Montilla discrepa. Dice que no. Según sus cálculos están al 21'08%. Baile de cifras. La decisión de trasvasar se ocultó antes por motivos electorales. Admiten los socialistas. Vaya. El gobierno de Rodríguez Zapatero se comprometió con los aragoneses a no aceptar ningún tipo de trasvase. Recapitulemos. La opinión pública acusa a éstos de insolidarios. Me preocupa algo que hasta ahora no ha trascendido a los ciudadanos. La cuenca del Ebro soporta ya ocho trasvases que llevan más de trescientos hectómetros cúbicos fuera de su delimitación. Desde hace décadas. Los beneficiarios. Cantabria, País Vasco y Cataluña. No lo sabía. Me dirán. Y me pregunto. El Pacto del Agua o trasvase. Llamémosle como queramos. Lo que hace falta es que sepamos que es lo que va a hacer el gobierno en este sentido. Sus razones y alternativas. Antes. El que opinaba a favor del trasvase se le acusaba de proscrito. Ahora, todo lo contrario. No entiendo nada. José María Moncasi de Alvear
Consultor de comunicación
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