9.6.2008.
Por: Jesús Domingo
El año 2008 ha sido declarado Año Internacional de la Patata (AIP). ¿Los objetivos? Sensibilizar al público sobre la importante función de la patata, y de la agricultura en general, en afrontar cuestiones de interés mundial, como la malnutrición, la pobreza y los peligros que corre el medio ambiente.
Año Internacional de la Patata El año 2008 ha sido declarado Año Internacional de la Patata (AIP). ¿Los objetivos? Sensibilizar al público sobre la importante función de la patata, y de la agricultura en general, en afrontar cuestiones de interés mundial, como la malnutrición, la pobreza y los peligros que corre el medio ambiente. Desde primeros de año, con este motivo, tenía previsto escribir algunos artículos sobre la patata, pero siempre ha habido temas más urgentes y, como suele pasar en estos casos, la patata ha quedado relegada, pero eso ha acabado y hoy es tema prioritario. Haciendo un poco de historia de esta planta, tan apreciada por los hortelanos y tan despreciada por los jóvenes consumidores que no han conocido tiempos difíciles, nos preguntamos ¿Qué es la patata? La patata (Solanum tuberosum) es una herbácea anual que alcanza una altura de un metro y produce un tubérculo, la patata misma, con tan abundante contenido de almidón que ocupa el cuarto lugar mundial en importancia como alimento, después del maíz, el trigo y el arroz. La papa pertenece a la familia de floríferas de las solanáceas, del género Solanum, formado por otras mil especies por lo menos, como el tomate y la berenjena. El S. tuberosum se divide en dos subespecies apenas diferentes: la andigena, adaptada a condiciones de días breves, cultivada principalmente en los Andes, y tuberosum, la variedad que hoy se cultiva en todo el mundo y se piensa que desciende de una pequeña introducción en Europa de patatas andigena, posteriormente adaptadas a días más prolongados. Y ¿los orígenes? El inicio de la agricultura, pues según la mitología inca, el creador, Viracocha, sacó del lago Titicaca el sol, la luna y las estrellas. También creó la agricultura al enviar a sus dos hijos al mundo para que estudiaran y clasificaran las plantas que ahí crecían. Ellos enseñaron a la gente a sembrar y a usar los cultivos para que nunca les faltaran alimentos. La historia de la patata comienza hace unos 8.000 años, cerca del lago Titicaca, que está a 3.800 metros sobre el nivel del mar, en la cordillera de los Andes, América del Sur, en la frontera de Bolivia y Perú. Ahí, según revela la investigación, las comunidades de cazadores y recolectores que habían poblado el sur del continente por lo menos unos 7.000 años antes, comenzaron a domesticar las plantas silvestres de la patata que se daban en abundancia en los alrededores del lago. En el continente americano hay unas 200 especies de patatas silvestres, pero fue en los Andes centrales donde los agricultores lograron seleccionar y mejorar el primero de lo que habría de convertirse, en los milenios siguientes, una asombrosa variedad de cultivos del tubérculo. En realidad, lo que hoy se conoce como "patata" (Solanum especie tuberosum) contiene apenas un fragmento de la diversidad genética de las siete especies reconocidas de patata y las 5.000 variedades que se siguen cultivando en los Andes. Si bien los agricultores andinos cultivaron muchas hortalizas y cereales, como el tomate, los frijoles y el maíz, sus variedades de patata eran particularmente adecuadas a la zona del valle quechua, que se extiende a alturas de 3.100 a 3.500 metros sobre el nivel del mar, a lo largo de las vertientes de los Andes centrales (los pueblos andinos consideraban la región quechua la "zona civilizada"). Pero los agricultores también produjeron una especie de papa resistente a las heladas, que sobrevive en la tundra alpina de la región de la Puna, a 4.300 metros de altura. La seguridad alimentaria que ofrecían el maíz y la papa, consolidada a través de la irrigación y la construcción de terrazas, permitió que surgiera, alrededor del año 500 dC, la civilización Huari en las tierras altas de la cuenca de Ayacucho. La caída de Huari entre los años 1000 y 1200 dio lugar a un período de desorden que terminó con el ascenso meteórico de los incas, en el valle de Cusco, alrededor del año 1400. En menos de 100 años crearon el Estado más grande de la América precolombina, que se extendía desde lo que hoy es Argentina hasta Colombia. Los incas adoptaron y mejoraron los adelantos agrícolas de las culturas anteriores de las montañas, y dieron especial importancia a la producción de maíz. Pero la patata fue decisiva para la seguridad alimentaria de su imperio. En la vasta red de almacenes del Estado inca, la patata -sobre todo un producto elaborado con la patata desecada y congelada, llamado "chuño"- fue uno de los principales artículos alimentarios, usado para alimentar a los oficiales, soldados y esclavos, así como reserva para casos de emergencia cuando se malograban las cosechas. La llegada de los españoles, en 1532, puso fin a la civilización inca, pero no a la patata. Porque a lo largo de toda la historia andina, la patata, en todas sus formas, ha sido profundamente un "alimento del pueblo", y ha desempeñado un papel central en la perspectiva andina del mundo (el tiempo, por ejemplo, se medía por el que era necesario para cocinar las papas –patatas-). Los campesinos de algunas partes de los altos de los Andes siguen midiendo la tierra en "topos", la superficie necesaria para que una familia cultive las patatas que necesita, y los topos son más extensos a mayor altura, donde necesitan dejarse en barbecho por más tiempo. Clasifican las patatas no sólo por su especie y variedad, sino también por el nicho ecológico donde se producen mejor, y no es raro encontrar cuatro o cinco especies cultivadas en una misma parcela pequeña. El cultivo de los tubérculos sigue siendo la actividad más importante de la temporada agrícola cerca del lago Titicaca, donde la patata es denominada "Mamá Jatha", o madre del crecimiento. La patata sigue siendo la semilla de la sociedad andina. Los recuerdos en Europa son importantes, especialmente en el siglo XIX por los problemas, no sólo económicos sino sociales, que genero, primero el mildium y después el escarabajo. Jesús Domingo Martínez Presidente de AGROPRÉS
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