25.6.2008.
Por: Jesús Domingo
"El fin de la crisis mundial de alimentos pasa por un giro de 180 grados en las políticas agrarias de los países desarrollados" decía en un comunicado la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA-PV)
El fin de la crisis mundial de alimentos "El fin de la crisis mundial de alimentos pasa por un giro de 180 grados en las políticas agrarias de los países desarrollados" decía en un comunicado la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA-PV) quien considera que si los gobernantes internacionales pretenden dar solución a la crisis mundial de alimentos, que tiene en la subida de los precios de algunos productos una de sus consecuencias, se ha de hacer un giro de 180 grados en la política agraria llevada a cabo en los países desarrollados. Para la organización, se debe buscar opciones completamente contrapuestas a las que se han tomado en los últimos tiempos, claramente enfocados a la liberalización del sector agrario y ganadero, ya que se ha comprobado que éstas no han sido útiles para contrarrestar consecuencias como las que ahora padecen la mayoría de países. Se debe exigir a las administraciones públicas de todo el mundo un cambio de rumbo y un mayor compromiso político y financiero con el sector agrario para ayudar a estabilizar los mercados, garantizar los abastecimientos, asegurar precios razonables a los consumidores, incrementar la productividad de la agricultura y garantizar un nivel de vida decente a la población agrícola. En el Congreso Mundial de Agricultores, que ha tenido lugar en Varsovia, se ha evaluado la situación actual del sector y se ha apuntado a las causas del desajuste entre producción y demanda en el mercado agrícola mundial. En primer lugar, los excedentes alimentarios de los países de la OCDE han desaparecido como resultado de las medidas de reforma de las políticas agrarias. Además se ha de contemplar el incremento de la demanda de países emergentes, el desarrollo de una utilización no alimentaria de cereales y oleaginosas en la producción de biocombustibles y plásticos biodegradables. Con un descenso en la oferta, los precios han subido, pero paradójicamente no para los agricultores, que se han mantenido estables o incluso han disminuido algunos. Además, la subida de los precios del petróleo ha provocado un incremento significativo del coste del transporte para exportaciones, con lo que algunos países han optado por la producción interna cosa que conlleva un descenso del volumen de intercambio. Las organizaciones presentes en la Cumbre de Roma no han descuidado el efecto del cambio climático en la agricultura durante las próximas décadas, ya que éste hará aumentar los riesgos de malas cosechas y por tanto llevará a una inestabilidad redoblada en los mercados agrícolas. Con todo ello, se insta a los gobiernos a reforzar seis áreas principalmente para el mantenimiento y la sostenibilidad del sector agrario y ganadero 1. Inversión en el sector, esencial para el crecimiento económico de los profesionales agrícolas y ganaderos y de las zonas rurales. Sin unas infraestructuras básicas, servicios sociales de calidad en las zonas rurales y la modernización de las explotaciones, el aumento de la producción y la creación de empleo no serán posibles. 2. La creación de cadenas de suministro por producto es indispensable para ayudar a los agricultores de subsistencia a convertir en pequeños empresarios agrícolas. Los agricultores necesitan disponer de capacidades que les permita trabajar juntos, agrupar suministros, cumplir las normas de seguridad y calidad alimentaria, compartir información sobre precios y desarrollar mercados locales y regionales. 3. La gestión de riesgos es necesaria para que los agricultores puedan tomar decisiones innovadoras y arriesgadas confiados de que existe un respaldo, ya que cada vez existe mayor riesgo, producto de un mundo más volátil por la mundialización y el cambio climático. 4. Los agricultores deben disponer de los conocimientos y recursos necesarios para adaptarse a los cambios que supone el cambio climático, con lo que hay que invertir en la investigación y desarrollo agrícola. Además, la agricultura puede ser un sector que ayude a minimizar los efectos climáticos, con la producción de bio-energías o energías renovables. 5. Las administraciones deben tener en cuenta los servicios no alimentarios que ejercen los agricultores y ganaderos, como por ejemplo la conservación del medio ambiente, la protección del hábitat de vida silvestre, manejo de recursos hídricos de forma integrada y la conservación de productos y parajes locales de gran belleza y utilidad. 6. Finalmente, la potenciación de los intercambios comerciales, como estímulo para el desarrollo de la agricultura, pero siempre con seguridad y garantías. Los gobiernos deben establecer un entorno en el que los agricultores puedan beneficiarse del mercado, por ejemplo a través de la creación de sistemas de seguridad alimentaria y trazabilidad. JDM
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