9/03/2008

¿Quien alimentará al mundo?

3.9.2008.

http://www.aragonliberal.es/noticias/noticia.asp?notid=14730


Por: Jesús Domingo

Bajo ese título se celebró una interesante Conferencia en Bruselas en la que participaron responsables políticos e institucionales.

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Bajo ese título se celebró una interesante Conferencia en Bruselas en la que participaron responsables políticos e institucionales del calado de la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer, el ministro francés del ramo, Michel Barnier, el director general de la OMC, Pascal Lamy, o el director general de la FAO, Jaques Diouf. Personalidades de mucho peso cuyas intervenciones evidenciaron por dónde pasará el debate mundial para superar la crisis alimentaria.
 
La principal causa parece evidente: el incremento de la demanda de países emergentes como India o China frente a una oferta rígida derivada de unas cosechas inferiores a las previstas. A eso se le suma el alto precio del gasóleo, la entrada de especuladores en los mercados de futuros e incluso el desvío de una parte de la producción para biocombustibles.
 
Las consecuencias tampoco se esconden a nadie: subidas de los precios de los alimentos básicos a las que se pueden enfrentar con algunos problemas los países desarrollados pero que suponen una cuestión de vida o muerte en las zonas más deprimidas del mundo. De hecho, ya se han vivido revueltas en países como México, Egipto o Camerún, entre otros.
 
Ahora quedan por ver las soluciones y para ello los responsables políticos deben pensar no sólo en local sino en global, pues se trata en último término de un derecho humano tan elemental como el acceso a la comida.
 
Pero entre pensar en global y el planteamiento de la Comisión Europea hay una diferencia abismal. Y es que Bruselas pretende aprovechar el debate para abrir aún más las fronteras a las exportaciones agroalimentarias de los países menos favorecidos y además financiar sus proyectos agrícolas con fondos detraídos de la PAC. Es decir, que los agricultores europeos asuman una mayor competencia desleal y paguen un alto precio a costa del ahorro de dinero de las arcas comunitarias y de que la UE obtenga a cambio mejoras arancelarias en productos tecnológicos, industriales o de automoción.
 
El planteamiento es inaceptable para unos productores que están siendo unos de los principales perjudicados por esta crisis internacional y que se verían abocados a la ruina. Unos pocos no pueden cargar con las consecuencias de un problema común.  
 
Jesús Domingo

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