El consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, ha visitado la planta de envases ligeros de Huesca, una de las mayores infraestructuras que el Departamento de Medio Ambiente, a través de la empresa pública Sodemasa, ejecuta en la provincia de Huesca. Es una de las infraestructuras previstas dentro del Plan GIRA (Plan Integral de Residuos de la Comunidad Autónoma de Aragón), para dar cumplimiento a los objetivos de la correcta gestión integral de todo tipo de residuos dentro del territorio aragonés.
La planta, localizada en las proximidades del vertedero municipal de Huesca, es una instalación fundamental para la clasificación, recuperación y posterior reciclado de los envases, que dará servicio a la población de las comarcas de la Hoya de Huesca, la Jacetania, Alto Gállego, Cinca Medio, La Litera, Ribagorza, Sobrarbe, Somontano de Barbastro y algunos municipios de la comarca de Monegros y Bajo Cinca. Además, con esta planta se reducirán notablemente los gastos de transporte de estos residuos, que en la actualidad se trasladan a plantas de fuera de Aragón.
En esta infraestructura ha supuesto una inversión de más de 3 millones de euros para su construcción y ha contado en un 80% con fondos de Cohesión de la Unión Europea. La planta supone la creación de 87 puestos de trabajo entre la construcción y la explotación, y cuando esté a pleno rendimiento 13 personas trabajarán en ella de manera continuada.
En su visita, el consejero ha destacado que se trata de una instalación pionera en la provincia de Huesca, dotada con las últimas tecnologías en materia de reciclado, que permitirá dar un salto cualitativo en la gestión de residuos de toda la provincia . Boné ha estado acompañado entre otros por el secretario general técnico del Departamento de Medio Ambiente, Roque Vicente; y la directora general de Calidad Ambiental y Cambio Climático, Marina Sevilla.
Planta automática
La planta tiene una capacidad de dos toneladas a la hora de entrada de residuos de envases ligeros, con lo que tratará aproximadamente unas 2.000 toneladas al año, con unas 6 horas diarias de media de trabajo en periodos normales y 8 horas en periodos punta, como puede ser el verano y la temporada de esquí. La nave de la planta de clasificación tiene una superficie total de 2.380 metros cuadrados.
Se trata de una planta automática que cuenta con la última tecnología en separación de residuos a través de separadores ópticos, magnéticos, balísticos y de Foucault. Al final del proceso se realiza una compactación en balas del material clasificado para su posterior expedición a las empresas recicladoras. El material de rechazo generado se enviará al vertedero de RSU, anexo a las instalaciones.
El proceso de reciclado comienza con la llegada a la planta de los camiones que descargan los residuos en la playa de recepción, situada en un lateral de la nave. Los residuos se cargan en un transportador alimentador y se envían a la primera plataforma de selección donde, por medios manuales, se separan los residuos voluminosos. Posteriormente, los residuos pasan a través de un abridor de bolsas y se elevan hasta un separador balístico, donde el flujo de residuos se separa en tres fracciones: fracción fina, fracción plana/ligera y fracción rodante/ pesada.
La planta cuenta también con un separador de plásticos film con dos tomas localizadas en distintos puntos de la planta. El film separado es enviado a la prensa de subproductos para su prensado.
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