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Por: Jesús Domingo
El JRC -Centro Común de Investigación- (JRC, en sus siglas en inglés) ha publicado Bio4EU, un estudio acerca del impacto socioeconómico de la biotecnología moderna en la Unión Europea y sus posibilidades futuras.
El JRC -Centro Común de Investigación- (JRC, en sus siglas en inglés) ha publicado Bio4EU, un estudio acerca del impacto socioeconómico de la biotecnología moderna en la Unión Europea y sus posibilidades futuras.
La misión del JRC es dar asesoramiento científico y técnico a la Comisión Europea (CE) sobre cuestiones científicas relacionadas con el desarrollo, la puesta en práctica y la supervisión de políticas de la Unión Europea (UE). Funciona como un centro de referencia en ciencia y tecnología para la UE aunque es independiente de cualquier interés especial, privado o nacional.
El estudio del JRC, en cuanto a la perspectiva de la biotecnología en Europa que comentamos, apunta que la agricultura biotecnológica es capaz de aumentar la eficacia de la cosecha, supervisar y controlar algunas de las enfermedades causadas por la transferencia de animal a humanos más importantes y preocuparse de la de seguridad alimentaria. La aplicación de nuevas tecnologías reduce los gastos de la industria agroalimentaria y aporta ventajas constatadas para salud pública.
Hay que recordar que la biotecnología moderna supone el 20 % del total de las ganancias europeas en agricultura y afecta a grandes partes de la producción primaria y del sector agroalimentario. Se aplica, sobretodo, en los sectores productivos y contribuye del 13 % al 23 % de su facturación y del 0.01 % al 0.02 % de la GVA (Gross Value Added, valor bruto) de la Unión Europea (según los datos de 2002). Los estudios en España muestran un aumento medio del margen bruto de 85 euros por hectárea, lo que supone un 12 % más que la producción de maíz no-BT.
Bio4EU recoge que la biotecnología mejora la eficacia de los procesos de producción y permite la provisión de productos nuevos y mejorados así como que los puestos de trabajo en biotecnología sean mejores cualitativamente y más productivos.
La biotecnología moderna está basada en aplicaciones veterinarias y diagnósticas, que ayuda a controlar algunas de las mayores enfermedades en animales, controla temas de seguridad alimentaria y ayuda a controlar la confianza del consumidor (por ejemplo trazabilidad de los OGM).
La Unión Europea cuenta con potentes científicos y centros de investigación biotecnológicos. Sin embargo, la capacidad de la UE para aplicar sus conocimientos a los productos que se pueden comercializar potencialmente es inferior que la de Estados Unidos. Actualmente, la Unión Europea está detrás del resto del mundo en la adopción de cosecha de alimentos modificados genéticamente (OGM): UE 25, 0.83%; EEUU, 52%; Sudáfrica , 17%; El mundo 14%.
SÍNTESIS DEL ESTUDIO.
En relación a la biotecnología industrial, BIO4EU señala que el 45 % de todos los sectores industriales usa la biotecnología moderna. La biotecnología contribuye a la sostenibilidad ya que reduce los niveles energéticos y las sustancias químicas, reduce las emisiones en el aire o agua, el consumo de agua en los procesos industriales y la huella ecológica de industria.
El plan de acción de la Comisión Europea es promover la investigación y el desarrollo de mercado, facilitar la transferencia de conocimiento y la innovación desde la base de la ciencia hasta la industria, animar al debate social, asegurar a la agricultura una contribución biotecnológica sostenible y mejorar la puesta en práctica de la legislación a nivel de los Estados Miembros.
El estudio Bio4EU constituye una puerta abierta y una gran contribución para las medidas a tomar en la UE. Las acciones reenfocadas propuestas por la Comisión , como consecuencia del estudio Bio4EU, son un paso importante para el futuro de la bioeconomía.
Actualmente hay una carencia de puesta en práctica de la biotecnología de la Unión en un gran número de Estados Miembros. El nuevo plan de acción para la biotecnología debería ponerse en práctica uniforme coherentemente en todas las partes de Europa. Los ministros deben comprender que ellos son precisamente la solución clave para reducir la fragmentación y poner en práctica la estrategia de una manera coherente y oportuna. Esto hará que la ciencia salga de los laboratorios y llegue a la sociedad para así ayudar a encontrar soluciones a nuestras necesidades médicas, agrícolas, industriales o medioambientales. Parece, no obstante, que la opinión de ciertos grupos de presión sigue pesando sobre algunos países y concretamente sobre algunos ministros. Tal vez no hay caído en la cuenta que biotecnología no es sólo transgénicos y que, aunque lo fuera, estos tampoco son el demonio, antes al contrario.
Jesús Domingo Martínez
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