20.8.2009. En Aragón Liberal
Por: Jesús Domingo
En esta ocasión las grandes manifestaciones de los productores de leche me han cogido de vacaciones, esta es la principal causa por la que no hemos dedicado ninguno de nuestros artículos al tema.
Sólo he sufrido una en Santiago de Compostela, esta ciudad estuvo casi paralizada durante unos días. Era evidente que la crisis no podía continuar, el sector no es capaz de aguantar una situación parecida, especialmente en Galicia y otras poblaciones próximas a la Cornisa Cantábrica y, no lo olvidemos, la leche es un alimento básico y por tanto la producción lechera un sector estratégico. Era evidente que se había de producir un acuerdo.
Finalmente el acuerdo ha llegado, aunque como siempre no es a gusto de todos. Entre otras cosas se ha firmado que:
1.- Las industrias y las cooperativas se comprometen a generalizar el sistema de contratos homologados para el pago de la leche recogida en las explotaciones. En cada contrato individual que se suscriba figurará, al menos, obligatoriamente:
a) El precio acordado entre ganadero/suministrador e industria/comprador, a partir de un sistema de indexación que tendrá en cuenta, a falta de referencia nacional, la media anual de los precios practicados en otros Estados miembros, principales suministradores de España, en particular Francia.
b) Duración temporal del acuerdo.
c) Las cantidades vinculadas por el mismo.
2.- La distribución valorará positivamente en sus suministros de leche y productos lácteos, los que tengan su origen en proveedores que acrediten el cumplimiento de las relaciones contractuales a las que se refiere este acuerdo.
3.- La distribución se compromete a utilizar todos los mecanismos a su alcance para garantizar tonto la calidad como la trazabilidad de la leche y productos lácteos, y a la realización de los controles necesarios para ello, sin perjuicio de los controles que competen a las Administraciones.
4.- Con base en un análisis de riesgos la administración intensificará los controles de calidad de la leche y de las normativas de comercialización de la misma.
5.- El MARM acelerará todo lo posible la entrada en vigor del proyecto de Real Decreto que establece el sistema de trazabilidad de la leche y productos lácteos y que completa el sistema iniciado por el Real decreto 217/2004, de 6 de febrero.
6.- Sin perjuicio del marco existente para el seguimiento de los contratos suscritos de acuerdo al modelo homologado, las partes firmantes del presente acuerdo constituirán un Comité de Seguimiento del mismo, para impulsar su aplicación entre los asociados de las organizaciones firmantes, conocer su evolución y realizar, en sus caso, propuestas para su mejora.
7.- Este acuerdo se basa en la previsión expresa contenida en el artículo 176 del Reglamento (CE) nº 1234/2007 del Consejo, de 22 de octubre de 2007, por el que se crea una organización común de mercados agrícolas y se establecen disposiciones específicas para determinados productos agrícolas, y, en su caso, en lo que pudiera exceder de los límites de dicha OCM será revisable por las autoridades de la competencia. A estos efectos, el MARM podrá en conocimiento de la Comisión Nacional de la Competencia, los términos del acuerdo.
Parece que durante meses el Ministerio de Medio Rural se inhibía del problema de la leche, finalmente ha intermediado entre productores, industria y distribución para firmar el acuerdo que dé estabilidad a un sector muy convulso, en el que los precios han vivido en los últimos dos años unas fuertes oscilaciones que hasta ahora están perjudicando a los productores pero que, a medio plazo, perjudican a todos.
El pacto firmado apenas se diferencia del firmado en 2008, en unos momentos de cotizaciones al alza y una demanda internacional creciente que llevaron a la industria a participar activamente en unas negociaciones -a las que hasta entonces prestaba poco interés- para evitar subidas desmesuradas de precios y garantizarse una estabilidad en las recogidas.
Pero poco tiempo después estalló la crisis y con ella la disminución de la demanda, ambas provocaron una caída brusca de precios en origen que llevaron a la industria a dejar de lado sus compromisos, lo que dio lugar a un nuevo enfrentamiento con los productores.
En la situación actual parece que a ninguno de los agentes les interesan nuevos vaivenes, lo que unido al mayor interés del Gobierno, abre nuevas expectativas a un pacto con algunas luces, cuya consecuencia más inmediata ha sido acabar con las movilizaciones, a medio será un alza de precios en origen y al consumidor y, supuestamente, a que la distribución deje de utilizarla como producto-reclamo.
Pero el acuerdo también viene con sombras tanto de forma como de fondo. De las primeras queda preguntarse cuáles son los motivos por los que no se ha invitado a participar del mismo a las grandes organizaciones de ganaderos de leche –PROLEC, FEPLAC o Ganaderos Unidos- o por qué no se ha logrado que COAG firme, también Unió de Pagesos se ha mostrado contaria. Sobre las segundas las principales dudas que planean son si la distribución y la industria cumplirán en un escenario de bajos precios internacionales y qué medidas podría tomar el Gobierno en caso de que con el tiempo algún eslabón se desmarque de lo firmado. El tiempo nos ha demostrado que esto no son suposiciones. No obstante, hay acuerdo y de momento nos atrevemos a decir "bienvenido sea".
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