Ante la sospecha cada vez más fundada de la muerte a tiros de dos ejemplares de oso pardo en el Pirineo francés. Ecologistas en Acción se ha dirigido al Ministerio de Medio Ambiente de Francia para que abra una Investigación urgente que esclarezca las razones de la posible desaparición de estos dos ejemplares, depurando las posibles responsabilidades y relanzando el programa de reforzamiento de esta especie.
La semana pasada miembros de colectivos opositores a la presencia del oso pardo en el Pirineo, realizaban varias declaraciones en las que anunciaban que dos osos habrían sido abatidos esta última primavera en la zona de Haute-Ariège, midi-Pyrénées (Francia). Estos colectivos han venido destacando por su beligerancia a la presencia de esta especie en la zona pirenaica, realizando habitualmente declaraciones que incitaban a la captura de algunos ejemplares (Franska, Hvala...), sobrepasando con ello el marco legal, al tratarse de una especie protegida. Por ello, en un primer momento las autoridades francesas no han dado veracidad a este último anuncio, a pesar de su gravedad, por considerar que de nuevo se trataba de simples declaraciones en la línea que nos tienen acostumbrados.
Sin embargo, varias organizaciones francesas relacionadas con la conservación de esta especie y personas encargadas de su seguimiento, empiezan a considerar que estas declaraciones pueden ser ciertas, por cuanto ha transcurrido mucho tiempo sin tener noticias de boutxy y balou, dos ejemplares de oso pardo, que precisamente tienen parte de su campo de actividad normal en la zona de Ariège. Por este motivo, Ecologistas en Acción se ha unido a otras organizaciones del país vecino y ha solicitado al Ministerio de Medio Ambiente de Francia, que abandone la pasividad y actué diligentemente, iniciando de manera urgente una investigación para datar la veracidad de la noticia, y en caso de ser cierta se depuren las oportunas responsabilidades.
Según los ecologistas, la coexistencia entre el oso pardo y las actividades humanas es perfectamente posible. Por ejemplo, el oso puede ser un factor de apoyo y mantenimiento de la ganadería extensiva, que al mismo tiempo es una actividad crucial para la conservación del Pirineo. En muchos valles esta convivencia se viene realizando sin mayores problemas, pero es necesario seguir con las campañas y programas que apuestan por esta vía. Ecologistas en Acción, colectivo que ha venido defendiendo los programas de reforzamiento realizados por las autoridades francesas, considera que el éxito de estos sólo se puede asegurar si cuenta con el respaldo de la población local.
Sin embargo, Ecologistas en Acción considera que no se puede aceptar el chantaje de los colectivos que actúan al margen de la Ley y del sentir general de la población y la respuesta debe ser contundente. Por ello, las peticiones de la organización ecologista son claras a las autoridades francesas: en caso de comprobarse la muerte de estos ejemplares, además de las oportunas investigaciones de los culpables para depurar responsabilidades, se debe relanzar el programa de reforzamiento de esta especie introduciendo nuevos ejemplares. La administración debe reaccionar de manera clara y firme para que las personas que actúan de esta manera tengan claro que no van a conseguir su objetivo de eliminar esta especie del Pirineo, sino todo lo contrario, y con ello se pueda animar a que los "anti-osos" sigan realizando este tipo de acciones delictivas y totalmente reprochables.
Boutxy es un ejemplar macho nacido en 1997, que sobrevivió con muy pocos meses a la muerte de su madre (Melba) que fue abatida ese mismo año por un cazador. En 2008 también fue un protagonista mediático al salir ileso del atropello que fue objeto por parte de un autobús cerca de la localidad de Merens. A pesar de no llevar radiotrasmisor, es un ejemplar de oso de bastante fácil localización, no en vano en 2008 fue avistado doce veces por el personal que hace el seguimiento de esta especie, por lo que se considera muy preocupante la falta de noticias de este ejemplar durante los últimos meses. Balou es otro macho, en este caso introducido en 2006 en la segunda parte del programa de reforzamiento de esta especie en Francia, que también fue noticia hace un año, como no, al recibir un disparo en una pata por parte de un cazador durante una batida de jabalí, lo que le provocó en un primer momento una importante cojera que le obligaba a desplazarse sobre tres patas, de la que ya se habría recuperado.
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