12/22/2008

Insecticidas y abejas

Por: Jesús Domingo

De todos es conocida la preocupación existente por la muerte de las abejas y las nefastas consecuencias que su desaparición puede tener para la alimentación humana, no por la producción de miel, sino por que aproximadamente el 80% de la alimentación en el mundo procede de cultivos polinizados por las abejas.

Algunos estudios relacionan la muerte de las abejas con algunas de las sustancias empleadas en la elaboración de productos fitosanitarios, aunque no parece la causa más probable, si han aparecido algunos productos que tienen cierta relación . Tal es el caso del estudio realizado por el Instituto Julius Kühn (JKI) alemán que estableció una relación directa entre la muerte de las abejas y la clotianidina. Según dicho estudio, de 30 muestras sometidas a una prueba biológica en el centro de investigación de intoxicaciones de abejas, se comprobó que 29 habían muerto por contacto con clotianidina, sustancia activa del “Poncho” (nombre comercial de un producto que entre su materia activa lleva clotianidina), un insecticida empleado con frecuencia en la semilla del maíz y del girasol.


Las asociaciones profesionales de apicultores integrantes del COPA-COGECA también se manifestaron preocupadas por la relación entre los productos fitosanitarios y la muerte de las abejas. Los apicultores franceses aseguraron que la situación había mejorado tras la prohibición de un insecticida denominado con el nombre comercial de “Gaucho”, al tiempo que confiaban en que la agencia francesa de seguridad alimentaria no autorizase la comercialización del “Poncho”, un insecticida que, como hemos comentado, contiene clotianidina.


La Clotianidina es una materia activa autorizada como insecticida, en EEUU desde 2003, en Alemania desde 2004 y en España desde 2008, y es comercializada por la empresa Bayer CropScience bajo la denominación comercial de “Poncho”. Este insecticida es un derivado de la nicotina que actúa sistemáticamente como una neurotoxina que envenena el sistema nervioso de los insectos, por ello en los EEUU, la Agencia de Protección Ambiental ha clasificado la clotianidina como "altamente tóxico" para las abejas.


Según los responsables de Bayer CropScience la muerte de las abejas en Alemania es un caso único. Tras el incidente la empresa procedio al analisis de las causas, constatandose que el problema se debió a una mala práctica en el manejo del producto, ya que no se utilizó un fijador para impedir la propagación de la sustancia activa, lo que no hubiese ocurrido si hubiese sido aplicado correctamente.


En España, el “Poncho” no es un producto que se comercialice a los agricultores, sino que se vende directamente a las empresas de semillas, siendo ellas las encargadas de su aplicación con las debidas medidas de seguridad, por lo que los agricultores no saben si esta presente en las semillas que compran o no. No obstante, si la aplicación es sólo en semillas, estas, difícilmente están en contacto con las abejas, por lo cual el peligro es mínimo y no podremos concluir con que en España las abejas mueren a causa del “Poncho”.


Jesús Domingo

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