16.12.2008.
Por: Jesús Domingo en Aragón Liberal
Hacía tiempo que no nos veíamos involucrados en una crisis alimentaria provocada por problemas sanitarios, tal vez por eso el problema de las dioxinas de Irlanda ha movilizado a los medios más de lo que se podía esperar.
Personalmente me ha sorprendido que en medios habitualmente críticos a estas crisis cuando el Gobierno del Estado era regentado por el PP y el de Cataluñya por CiU, en esta ocasión se esfuerzan para hacer piña con el ministro Soria y de portavoces de sus palabras.
Los hechos son que la semana pasada, en unos análisis de rutina, se detectaron elevados niveles de PCB en carne de porcino en Irlanda. Dichos niveles hicieron sospechar una posible contaminación de dioxina, que posteriormente se confirmó.
La Agencia irlandesa de Seguridad de los Alimentos (FSAI) ha confirmado que el origen de la contaminación procede de los piensos de los cerdos, que contenían un ingrediente contaminado. Este pienso ha sido proporcionado a 10 explotaciones irlandesas. Estos cerdos, tras su sacrificio fueron a industrias cárnicas responsables del 80 % del abastecimiento total de carne de porcino y productos cárnicos de Irlanda.
Debido a los elevados niveles de contaminación detectados, así como a la dificultad de poder determinar que productos están afectados, las autoridades irlandesas han decidido retirar de las tiendas toda la carne de porcino y productos derivados como jamón, salchichas y beicon, así como todo los alimentos que los contengan, procesados con posterioridad al 1 de septiembre, fecha en la que se considera que se inició la contaminación. Se estima que solo un 10% de lo retirado puede estar contaminado.
Una sola empresa productora de piensos se ha visto afectada por la contaminación. Los piensos se han distribuido no solo a granjas de porcino sino también de vacuno. Sin embargo, no hay ninguna explotación láctea afectada, especialmente porque el uso del pienso en este tipo de granjas es mucho más limitado. No obstante, las granjas afectadas han sido inmovilizadas e investigadas.
Dado que Irlanda es un país gran exportador de carne de porcino, la prensa irlandesa ha publicado una estimación de que la carne contaminada podría encontrarse en 25 países. Reino Unido es el principal cliente de las exportaciones de porcino irlandesas, seguido de Alemania, Francia, Rusia, Japón, Hong Kong, China y Holanda.
De fuentes solventes se afirma que no hay riesgo para salud humana. Desde la Comisión Europea recuerdan que por ahora "no hay en el mercado carne contaminada" con dioxinas y manifiesta que Irlanda "ha hecho más de lo suficiente" y que a fecha de hoy, las medidas de control son suficientes. España no ha importado por canales directos partidas de carne de cerdo de Irlanda. "No nos consta que haya entrado carne de porcino fresca de Irlanda", Ha dicho el Ministro de Sanidad, quien ha recordado que España es exportadora de porcino, "por lo que es poco previsible que hayamos importado esas partidas".
¿Origen? El Departamento de Agricultura de Irlanda ha manifestado que la fábrica de piensos que ha provocado la contaminación por dioxinas de la carne de cerdo es Millstream Power Recycling Limited, localizada cerca de Fenagh, en el condado de Carlow, al sudoeste de Irlanda. Se trata de una empresa que recicla alimentos para la producción de comida para animales.
Un portavoz de la empresa ha señalado que el aceite encontrado en la alimentación animal contaminada no se añadió a los piensos, como ingrediente, sino que procede de una maquina utilizada en el secado de la alimentación. Sin embargo, el Departamento de Agricultura de Irlanda ha señalado que el aceite usado era inapropiado y que el operador de la planta no disponía de la licencia adecuada.
No obstante, desde FECAF, asociación europea que agrupa a las industrias de piensos, achacan la crisis a la falta de control de las empresas de reciclaje de desperdicios alimentarios y apuntan como causa la combustión de aceites industriales. FECAF dice que se trata de un incidente "muy lamentable" porque "podría haberse evitado si la fábrica de reciclaje de restos animales hubiera cumplido" con las reglas de puntos críticos de la UE.
Lo que parece claro es que se trata de una negligencia más de un intento de lucro y pillería.
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