La recuperación y conservación del patrimonio aragonés y la ciencia y la tecnología han logrado un hecho histórico en la recreación de una especie extinguida hace casi 400 años. Se trata del uro, un animal cuya domesticación ha dado lugar a la mayoría del ganado vacuno que existe en la actualidad. Los definían como ancestros de los bóvidos domésticos actuales aunque eran mucho más grandes y robustos.
La última vez que se vieron uros fue en Polonia, en 1627, fecha a partir de la cual quedaron definitivamente extinguidos.
Ahora, casi 400 años después, la investigación llevada a cabo por el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza ha hecho que se pueda saber más sobre su origen y desaparición.
En el año 2004, de forma casual, un guía del Parque Cultural del Río Martín encontró, en el margen de la carretera de Ariño, un fragmento fosilizado de un hueso. Se trataba de parte de la cornamenta fosilizada de un cráneo de gran tamaño que los investigadores han atribuido a un uro.
Apenas un año después empiezan las excavaciones por parte de la Universidad y el Parque Cultural. Actualmente, el cráneo está siendo consolidado y estudiado por el grupo Aragosauros de la Universidad de Zaragoza con la financiación del Departamento de Educación, Cultura y Deporte a través de la dirección de Patrimonio.
Las primeras conclusiones científicas ya han aportado datos, entre ellos que el cráneo del Uro pudo enterrarse tras ser arrastrado por una avenida de agua.
Desde el comienzo de la investigaciones se creyó necesaria la realización de una réplica del original, sin embargo, su frágil estado hacía correr riesgos por lo que se decidió trabajar por una nueva vía: la creación de un replicado utilizando técnicas de digitalización en 3D y prototipado, lo que está permitiendo trabajar con un elemento más ligero y resistente para su estudio y exposición. Esta aplicación tecnológica en la recuperación del patrimonio ha sido posible gracias a la intervención del Instituto Tecnológico de Aragón, del Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad, donde se han desarrollado los trabajos necesarios para la reproducción física de un cráneo fosilizado de uro a tamaño real utilizando las últimas tecnologías tridimensionales.
Desde que se inició el proyecto el principal objetivo ha sido garantizar la integridad del fósil original por lo que se debía evitar ser trasladado desde el lugar de conservación y estudio y utilizar técnicas de digitalización en 3D sin contacto.
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