10.8.2009. En Aragón Liberal
Por: Jesús Domingo
Ante los graves incendios forestales que han afectado al territorio estatal o nacional en los últimos días, cabe demandar a la Administración medidas de apoyo para paliar las graves pérdidas ocasionadas por el fuego.
Desde esta tribuna siempre hemos defendido que lo más efectivo para evitar los incendios forestales es realizar labores de prevención y extinción ("los incendios en el bosque se apagan en invierno" hemos repetido muchas veces). Por ello, nos parece un buen momento para hacer un llamamiento a las administraciones y a la sociedad para que se valorice el papel de los agricultores y ganaderos en la gestión del territorio, como medida para prevenir los incendios forestales.
En este sentido, consideramos que mientras no se tenga claro que los incendios se "apagan" en los meses de invierno, seguiremos sufriendo en verano (los años que se den las condiciones) los efectos devastadores del fuego en el medio rural.
Aunque se han visto afectadas también muchas tierras de cultivo, cabe considerar que es la ganadería extensiva la más perjudicada por los incendios forestales, ya que han ardido miles de hectáreas de pastos que sirven de alimento al ganado.
Pensamos que es también el momento para demandar una política medioambiental y agraria coordinada, que apoye mucho más decididamente de lo que se hace ahora a la ganadería extensiva. El pastoreo racional en nuestros montes es la mejor "vacuna" contra esta terrible "enfermedad" que son los incendios forestales.
Por otro lado, se debe reivindicar el papel fundamental de los agricultores y ganaderos de nuestro país como principales gestores del territorio y como primera fuerza de choque para combatir los incendios. Está demostrado que si se es capaz de atajar el incendio cuando es todavía incipiente, las probabilidades de apagarlo son mucha mayores. Por ello, consideramos que los habitantes de nuestros pueblos tienen un papel fundamental en la lucha contra los incendios.
Finalmente, hay que considerar que es preciso concienciar a la sociedad de las enormes pérdidas que se producen tras un incendio forestal. El fuego provoca no sólo daños económicos, sino también ecológicos, culturales y sociales que por desgracia en muchos casos son irreparables, pero los más importantes son las vidas humanas y el que muchas familias queden sin su modus vivendi.
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