1/07/2009

Agricultura europea “unida en la diversidad y en la adversidad”

Observando la cantidad de problemas que acechan en estos momentos al agricultor y al ganadero debemos hacer un alto en lo que deben simbolizar y el papel que estos sectores tienen que jugar en Europa.

Cuando leo que la insignia bajo la que fue creada la Unión Europea es “Unida en la diversidad”, pienso que tal y como están las cosas hoy en día, además podría añadirse que Europa debe estar “unida en la diversidad y en la adversidad”. Este es el sentimiento de los productores que luchan por que la agricultura consiga ser un sector económico fuerte y no la “hermanita pobre” a la que necesitan hacerle un chequeo médico cada cierto tiempo porque su salud no mejora.

Existen varios aspectos en los que debemos reflexionar y sin duda el principal es: la falta de protección que se le está dando en Europa a nuestra agricultura y a nuestra ganadería. La ausencia de control en algunos productos agrícolas no sólo está contribuyendo al descenso de la rentabilidad de estos sectores, sino que está generando nuevas situaciones de dominio de la Unión Europea respecto a países en vías de desarrollo bajo la máscara de impulsar su despegue económico y que en cambio sólo favorece que los grandes poderes económicos europeos se estén enriqueciendo a su costa y los esté convirtiendo en nuevos esclavos que abastecen nuestros mercados de productos a precios muy inferiores a los nuestros mientras ellos pasan hambre.

Y mientras nosotros los agricultores viéndolas venir, sin apoyo, y reclamando mayor protección para que nuestros productos de la huerta no sirvan de “premio” en unas negociaciones bilaterales con países terceros en las que están implicados muchos otros agentes pero de las que poco se conoce.

Así, es bueno recordar que el objetivo de la PAC es garantizar a los agricultores un nivel de vida razonable (que entiendo que razonable es que se pueda vivir de lo que se trabaja), ofrecer a los consumidores alimentos de calidad a precios justos (que yo me pregunto ¿justos para todos?) y preservar nuestro patrimonio rural.

Además, se ha de reclamar que se fomenten las exportaciones europeas de productos agrícolas, no podemos consentir que se le dé preferencia a las importaciones de productos que nosotros también cultivamos, respetando el medio ambiente y cumpliendo con todo tipo de requisitos de calidad y en cambio, nos quedemos sin vender. Por ello se hace necesario que la Unión Europea ponga en marcha medidas de salvaguardia para las frutas y hortalizas ya que como establece en su propia reglamentación estas medidas se pueden tomar cuando “las importaciones de un producto en la Comunidad aumenten de tal forma o en tales condiciones que provoquen o amenacen con provocar un perjuicio grave a los productores comunitarios”. Para nosotros la entrada en nuestros mercados a precios inferiores a los establecidos en los acuerdos y la superación de forma continuada de los contingentes, con las graves consecuencias que en esta campaña ha originado justifica la necesidad de la puesta en marcha de estas cláusulas de salvaguardia para nuestros productos.

En este sentido nuestro Gobierno también tiene mucho que decir, al sector no nos vale con reconocer que se superan los cupos y que entra mayor cantidad de productos extracomunitarios, hay que tomar las riendas y solicitar a la Comisión que intervenga y obligue a los países extracomunitarios a cumplir con los acuerdos. No se puede consentir el juego sucio cuando se trata de la economía y el medio de vida de miles de agricultores, y no sólo eso, también está en juego la propia salud de los consumidores, ya que del mismo modo en que nuestros productos tienen unos límites de residuos, cumplen con unas normas de respeto medioambiental y con unos controles de calidad, hay que exigir lo mismo a lo que importamos. No queremos una doble vara de medir, no queremos más intereses externos que perjudican al agricultor y al ganadero almeriense, lo que solicitamos es poder seguir manteniendo las miles de explotaciones existentes, y que los consumidores paguen lo justo por productos de calidad sin que los productores tengan que seguir apoyándose en ayudas y subvenciones para poder subsistir.

Jesús Domingo

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