Un sabio dando vueltas al desarrollo sostenible. Domingo Giménez Beltrán. Expo 2008

La verdad es que no esperaba ni verle ni oirle. Y me causó buena impresión. Así, desprotegido de la mesa, informal, con micrófono en mano y dirigiéndose al público asistente para presentar a la presentadora de las jornadas.

Y él, un sabio de reconocido prestigio, un gurú del agua, "destilando sabiduría" y pensamientos.

Yo, un aprendiz, intentando comprender y razonar. Y ahí fallé. Los gurús hablan para la cita y por eso no dicen lo que se espera oir.

Y así cuando soltó eso de "desarrollo sostenible: desarrollo basado en el conocimiento" tuve que echar la marcha atrás. Esa definición no es la habitual ni la consensuada por el mundo intelectual, porque esperaba oir: "un desarrollo responsable con las generaciones futuras, o que no agota las disponibilidades de recursos". Pero eso de "basado en el conocimiento", así de pronto debe ser analizado. Todos debemos basarnos en el conocimiento para obrar, pero el conocimiento es pre-ético, es una premisa. Una vez conocido qué podemos hacer, para qué y qué repercusiones tiene nuestra acción queda la tarea de elegir y elegir lo más conveniente. El conocimiento y el bien común deben ir juntos. La ciencia sin ética no es ciencia.



Desenterrada la ética para que vaya de la mano del conocimiento, nos encontramos que el objetivo de las jornadas es "anticipar el futuro" para evitar "que nos atropelle". Debemos obrar como seres soberanos. Líneas que ofrece: cambio de tipos de cultivo hacia la bioenergía; modificación de las tendencias de cultivo (da como ejemplo las 500 millones de toneladas sobrantes de cítricos este año) y, sobre todo, dedicar una parte del dinero de los productores a abrir nuevos mercados, a la comercialización de sus productos.

En definitiva: pensar no sólo en lo que se está haciendo (producción), sino qué es lo que se quiere hacer con lo producido (comercialización), porque la batalla técnica de la calidad del producto y la eficiencia del riego van por buen camino.