11/18/2008

146 variedades de leguminosas aragonesas más

Acabo de tener noticia que Científicos del CITA (Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón) han descrito, por primera vez, 146 nuevas variedades de leguminosas de origen aragonés, cuyas semillas se conservan para mantener la biodiversidad y para la investigación y la mejora genética. Como considero una noticia de las buenas me ha parecido conveniente que corra a través de Aragón liberal. es.



La notícia me llegó a traves de EFE, según la agencia, las 146 variedades de semillas, de las cerca de 300 que han multiplicado y evaluado en el Banco de Germoplasma de Especies Hortícolas del CITA, se describen en el libro "Variedades autóctonas de Legumbres españolas: Descriptiva del lote aragonés", presentado hoy por sus autores, los doctores Miguel Carravedo y Cristina Mallor Giménez, fruto de 26 años de trabajo.


Todas estas leguminosas aragonesas han sido ofrecidas por agricultores aragoneses en diferentes pueblos, aunque no se comercializan porque "el mercado es muy peculiar y se mueve en ámbitos restringidos", ha señalado el doctor Carravedo, ingeniero agrónomo y director del Banco de Germoplasma desde 1986.


En el libro, dice EFE, se reúnen 85 variedades de judías, 12 de garbanzos, 7 de lentejas, 7 de almorta, 16 de guisante y 19 de haba, con los datos de su origen, de la planta, de la flor, de la vaina y del grano, y con fotos descriptoras de sus características.


Entre las singularidades halladas, Carravedo ha citado, en una rueda de prensa, las judías del Pilar, Boliches de Embún y de Luesia, muy famosas en Aragón, la Fartapobres, que ha caído en el olvido, o la del Aumento, que duplica su tamaño al meterse en agua. La judía Mantecosa, por su textura, o la de Franco, también conocida como del Suministro, Peronas o de la Guerra, distribuida en los pueblos para alimentar a la población, son otras variedades encontradas en la investigación.


Asimismo, ha destacado los garbanzos de zonas históricas de cultivo, como Cariñena, Barbastro, Zuera o Sádaba, citados por Asso y Madoz, o las lentejas de Ordesa, Sin y Centenero, de poblaciones de elevada altitud.


El libro dispone de una amplia introducción sobre la familia de las leguminosas, incluyendo una breve descripción de las principales especies utilizadas en España así como de otras de interés mundial, ha explicado Mallor Giménez, ingeniera agrónonomo.


También relata el libro el valor nutritivo y la importancia económica de estas plantas y repasa las principales colecciones en otros Bancos de Germoplasma.


Según los científicos de CITA el Banco de Germoplasma de Zaragoza cuenta con una colección de más de 15.000 variedades de semillas, pertenecientes a 133 géneros y 337 especies de interés agroalimentario, y está considerado como un referente nacional y europeo.


Entre sus colecciones destacan la de tomate que es la más completa de España (3.180 variedades), mientras que las de pimiento (2.148) y cebolla (574) ocupan el quinto lugar a nivel mundial.


En perejil tiene la mejor colección del mundo, con 226 variedades, así como de cardo de huerta (75) y de borraja (50).


La colección de leguminosas se compone de 1.149 variedades, de las que 323 están multiplicadas, sembradas en el campo y evaluadas, 137 son duplicados de seguridad de otros bancos españoles y 689 están pendientes de multiplicar, ha explicado el doctor Carravedo.


JDM

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los problemas del campo

Si la campaña citrícola del 2006-2007 fue nefasta y quedó mucha naranja por recoger, la actual parece que todavía será peor.

En ello influyen tres factores fundamentalmente: la presión de las grandes cadenas de supermercados europeas y nacionales, los grandes márgenes con que venden los detallistas, -en un año normal, el doble del precio que cobra el agricultor por kilo de fruta - y la modalidad que se ha impuesto de venta "a comercializar"; es decir, sin precio para el agricultor, al cual se le liquida lo que queda después de descontar, de los precios en el mercado, todos los gastos de recolección y comercialización, que puede no llegar a cubrir los costes de producción, incluso puede que no quede nada.

Con este sistema los comerciantes, las grandes cadenas y los minoristas no corren ningún riesgo; quien paga el pato siempre es el agricultor. Si en la campaña de hace dos años se empezaron a dejar secar los árboles, mucho me temo que cada vez serán más los campos que se dejen sin cultivar.

Si aprovechando que se dispone de los pozos de agua para el riego, deciden vender las tierras para convertirlas en campos de golf y en urbanizaciones, que no se les acuse del atentado ecológico; es que no habrán tenido otro remedio

Anónimo dijo...

Los problemas del campo

Si la campaña citrícola del 2006-2007 fue nefasta y quedó mucha naranja por recoger, la actual parece que todavía será peor.

En ello influyen tres factores fundamentalmente: la presión de las grandes cadenas de supermercados europeas y nacionales, los grandes márgenes con que venden los detallistas, -en un año normal, el doble del precio que cobra el agricultor por kilo de fruta - y la modalidad que se ha impuesto de venta "a comercializar"; es decir, sin precio para el agricultor, al cual se le liquida lo que queda después de descontar, de los precios en el mercado, todos los gastos de recolección y comercialización, que puede no llegar a cubrir los costes de producción, incluso puede que no quede nada.

Con este sistema los comerciantes, las grandes cadenas y los minoristas no corren ningún riesgo; quien paga el pato siempre es el agricultor. Si en la campaña de hace dos años se empezaron a dejar secar los árboles, mucho me temo que cada vez serán más los campos que se dejen sin cultivar.

Si aprovechando que se dispone de los pozos de agua para el riego, deciden vender las tierras para convertirlas en campos de golf y en urbanizaciones, que no se les acuse del atentado ecológico; es que no habrán tenido otro remedio