2/17/2007

La necesidad moderada es necesaria para un equilibrado crecimiento.



De Susanna Tamaro en "Escucha mi voz". Hablando de la protagonista: Mi tío Ottavio, emigró a  Israel y me cuenta al anochecer, mientras vemos las plantaciones dr frutales de la Colonia:

"En cambio con mis árboles era diferente. Ellos dependían de mis cuidados, esperaban el agua cuando la tierra estaba demasiado seca, el aceite mineral que los protegía de la cochinilla, la cantidad adecuada de abono al final del invierno, porque una proporción equivocada entre los distintos componentes produciría demasiadas hojas o desencadenaría una caída  prematura de flores y frutos o también peligrosas quemaduras. Es un error que cometía con frecuenica al principio: daba demasiado alimento a la tierra y, como una madre ansiosa, pensando que la enriquecía, hice que se enfremara (...) Una razonable privación es buena para las plantas, como también para los hijos: es necesario renunciar a algo para después sentir el deseo de tenerlo".

Observación: los hijos no tienen raíces, acaban yéndoses. No son de los padres pero son formados por ellos. Es una relación duradera pero que es preparar para la vida, para volar. Los árboles no se desarraigan, dependen siempre de nosotros, pero no hacen nunca nada nuevo. Su función está determinada de modo necesario.

La superprotección quema a las plantas y a los hijos. Hay que ansiar tener lo que se carece. Error de la civilización del bienestar, no se educa para el esfuerzo y se enferma en la apatía.

Sigue: "¿Sabes lo que más miedo me da de estos tiempos? El sentido de omnipotencia que se está difundiendo". Ahora podemos planificarlo todo pero no estamos preparados para las verdaderas adversidades que vendrán de modo inexorable. Humildad ante el mundo creado. No podemos salvar la tierra ni protegerla. Podemos convivir con ella y no cargárnosla. Humildad ante nuestra labor en el mundo que ya en sí es labor de titanes.

frid

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